martes, 8 de octubre de 2013

La casa del árbol





Quizás fue la cantidad de películas, series y dibujitos yanquis que vi desde que era chica, lo que me hicierion soñar con tener una casa en un árbol y también, un pony.

Mi hermano siempre fue un gran aventurero, como buen hermano varón más grande que yo, y en Córoba armabamos una casa con maderas (que ni sé de dónde sacabamos) para construir nuestra propia casita pero al ras del suelo; donde nos dedicabamos a hacer fuego para calentar agua para el mate, que a esa edad todavía no habíamos probado. 
Y así se pasaban las vacaciones: yendo al río, a veces al centro y antes de volver a capital, mamá limpiaba la pava de lo negra que había quedado de tanto fuego...  


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