jueves, 9 de abril de 2015

Pequeño Homenaje

        Me acuerdo como mi abuelo sacaba el saquito de té de la taza y enrollaba el hilo alrededor del mismo conjunto con la cuchara. Lo exprimía para sacarle la última gotita. Muchos sábados de mi infancia lo vi hacer eso. Me sentaba a su izquierda y le dejaba las frutas abrillantadas que venían en los scons.
        Agarraba algún tomo de la enciclopedia y se ponía a leer. Me llamaba la atención que eso fuera lo que lo entretenía. Flaco y alto con un bigote de toda la vida. 
        Cuando iba a su casa (demasiado oscura ya que el Sol sólo daba en una esquina del patio) se dormía con los brazos sobre la mesa haciendo de almohada a la cabeza.
         Si querías te aplastaba el sanguich envuelto en el mantel contra la mesa. Era divertida la transformación que se generaba en el pan (rechono a la entrada y resquebrajado a la salida). Veía los partidos de fútbol en silencio, las figuritas de los jugadores moviéndose silenciosos en la pantalla de la tv.

       También me enseñó inglés y a hacer burbujas con el jabón del baño.

       Te amamos Abuelo.



       

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