miércoles, 1 de julio de 2015

Abuela




No te dí un abrazo
no te dije cuánto te quería
cuanto me gustó el tiempo que vivimos juntas 
(para mi fue sólo un mes)
creo que el resto de la familia dice que fue más.

Que calentaras la leche en el jarrito
para hacerme el nesquik.
(¿Y vos? ¿qué merendabas vos?)
No hablábamos mucho
pero estábamos juntas,
haciéndonos compañía.

Creo que mirábamos la tele
ni me acuerdo qué programa nos gustaba.
Sólo sé que estábamos en la misma habitación,
como si nuestras almas se conectaran en otro plano,
mientras nuestros cuerpos se mantenían en pausa, sin dolor.
Sólo ahí, porque igual estábamos juntas.

Sólo fui a verte una vez al hospital,
no pude ni quise volver.
Fueron días grises y borrosos.
Después te fuiste
y me quedó la muerte asociada a los hospitales.

Me quedan los recuerdos y tus ojos verdes o celestes.
Los pequeños jazmines que te llevabas a la nariz,
el jarrito que volvía a lavar sin que me vieras,
el juego de "los locos Adams" y que siempre me ganabas.
Los mimos y tu presencia silenciosa.

Ingrid Bergman


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