(...)A pesar de los miedos que aún tengo, de si seré capaz de hacerlo bien o no; he decidido que tengo que permitirme meter la pata, hacerlo mal si es que tiene que ser así, y no castigarme por ello. Doy lo máximo de mi cada día en el trabajo, con mi gente, y también tengo que hacerlo conmigo misma. Y en este caso, sería no exigirme tanto, quererme un poquito más y castigarme menos.
(...)Me he alejado de las personas que sólo me quitan energía y estoy con las que si me divierto y me siento querida. Porque me lo merezco y porque no puedo estar siempre “ahí” para quien quiera, tengo derecho a elegir para quién estoy y cuándo. Pero, cómo cuesta hacer eso. A mi, mucho.
Las rupturas son duras, no sólo con las personas, también con nuestra zona de confort, que tan enganchadas nos tiene y “tan bien” nos cuida. Pero, a veces, conviene salir y encontrar la magia que hay ahí fuera. Sentirla, vivirla y quererte mucho haciéndolo mal; pero viviendo intensamente. Y aprendiendo de una misma, de la persona que tienes al lado, de la(s) ruptura(s)."
Autoras: Ilazki y Amanda para Proyecto-kahlo
Pic: Amanda |
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