Esa palabrita... Tan corta, profunda y sabia. No es por ponerme mística. Pero es una palabra clave en este momento a la hora de resolver situaciones, aflojar pensamientos y evitar la angustia.
¿Qué es mío y qué es del otro? Una pregunta importante para no hacerme cargo de todo, poder diferenciar. En fin, el aprendizaje de la experiencia cotidiana con los vínculos.
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