1. ¿Qué te mueres por hacer?
Literal. Si hoy a las 9 de la noche te
murieras ¿qué harías ahora mismo? Eso, justo eso ha de convertirse en tu
prioridad. Sí sé que es difícil, que el día a día, que las
obligaciones… que te entiendo y que yo también funciono así pero para
vivir gozosamente una tiene que apostar por su deseo. Cuanto menos por
descifrarlo (que ya es mucho) y después crear el espacio y darle tiempo
para cumplirlo. Preguntándote cada día qué deseas podrás comprender
mejor la fase en la que estás y cómo funciona, qué es lo que le mueve.
Imagina que te apetece quedarte en la cama hecha un ovillito. Hazlo.
Vale, no puedes porque tienes compromisos inamovibles. Bien, pues toma
nota de lo que te apetece y busca buenos sustitutos o busca un tiempo/
espacio para ovillar más tarde. Pero no desatiendas tu deseo. Habrá días
que no te quedará otra pero que sean los menos. Hazlo por la persona
más importante de tu vida, por la que sin ella no estarías aquí. No, no
es tu madre. Eres tú.
Erika Irusta
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