Buenos Aires tiene un gran atractivo turístico, irradia cultura, tiene todo tipo de actividades para hacer desde ir a bailar tango a cualquier barcito de Almagro o San Telmo hasta encontrar una puerta pintada de colores, subir la escalera y llegar a un lugar donde escuchar stand up. Este submundo porteño con sus miles de actividades gratiutas o pagas parece ser el atractivo de la gran ciudad.
Sin embargo, todos los que vivimos en ella conocemos su lado más hostil, la violencia latente que desprende y el deseo de salir corriendo de la Reina del Plata para ver el horizonte.
Hoy siento nostalgia, quiero ver el río, las sierras a la distancia, conectarme con la naturaleza y tomar consciencia del mar de hombres y mujeres que existe, de cuanto mundo hay fuera de esta ciudad.
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