Ayer me sorprendió el sentimiento de apego hacia mi trabajo. Es la primera vez, en más de dos años, que estoy a gusto en la oficina que me encuentro. Mis compañer@s y mi jefe son pacientes, amables, hay compañerismo y tolerancia entre todos nosotros; y hasta podría decir que hay un sentido de familia ya que todo los cumpleaños se festejan, se junta plata para el regalo y se almuerza en la mesa grande ubicada en el despacho del jefe. Les he tomado cariño a tod@s y a la vez, aparecen en el horizonte las ganas de ser docente de música en alguna escuela... tiempo al tiempo, todo llega. Hay un mundo de posibilidades...
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