Atravesando el corazón de la provincia:
un niño llorando
con la mirada quebrada
atenazado por la violencia.
A su lado un bebé
los ojos llenos de sorpresa
e infinita (quizás) inocencia.
La niña que me dió una tarjeta
no sonrió cuando le regalé un caramelo.
Las heridas son demasiado profundas
la alimentación demasido escaza
y la ternura desaparecida.
Foto sacada de: rebloggy
No hay comentarios:
Publicar un comentario