Palabras, cansancio y siesta.
Sí, está.
La gata duerme placenteramente sobre el pasto.
Un espacio preciso que entre yuyos y flores, elije tarde a tarde.
Mirarla es ver el presente,
un regalo en sus ojos cerrados y relajados.
Pelirroja, pelaje suave ancestral.
Compañera silenciosa,
bendición gratificante.
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