Ayer
empecé las clases por 3er año consecutivo en el Profesorado. De tres
materias que teníamos que cursar, tuvimos sólo una; la primera porque no
hay profesor que la de ya que el que estaba hasta el año pasado se
jubiló, y la última porque el profesor decidió retirarse antes de que
llegara el horario de nuestra clase.
Cuando
llegué a casa alrededor de las 10pm, NO estaba agotada como tantos
otros días en los que llego más temprano directo del trabajo. Mismo la
noche anterior me había acostado tarde y dormí acompañada.
Lo
que también ayudó fue el oasis de poder pasar por la casa de mis papás y
quedarme haciendo tiempo (jugué con los perros, tomé la merienda, me
recosté 20 min.) hasta la hora de volver a salir para la escuela.
Siento
que el volver a ver a compañeros/amigos, esperar que llegue el profesor
mientras Facu toca la guitarra, la energía del lugar, la apertura hacia
el nuevo conocimiento que se acerca, la vibración, el calor humano, el
hippismo... hicieron que recupere energía y ganas porque ahí dentro
pertenezco.
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