El amor más incondicional que conozco y vivo es el que me dan los animales.
Especifica y actualmente el de la gata Magnolia. Ella nunca me juzga, no se queja, no me reclama. Me llena de amor con su presencia sutil, pacífica y libre. Ama estar en el patio (dándole justificación a su nombre) sobretodo en verano.
Me molesta que digan que las gatas se ofenden. Me parece ridículo. Se pueden enojar, sí. Ofender implicaría que tienen un orgullo que los gatos o perros conocieron que no tienen. Son nobles, perdonan sin la necesidad de que les pidas disculpas, no encierran resentimientos.
Los animales, tristemente llamados domésticos, nos traen paz, nos muestran la plenitud de la vida, la aceptación de los ciclos de la vida, muerte, vida, nos enseñanan a aceptar el viaje de su Alma a la siguiente dimensión. Son amigos incondicionales en un mundo lleno de prejuicios, engaños y dolor.
Ama a los animales, nosotros los humanos también somos animales.
Nos hemos alejado tanto de la tierra y de sus ciclos viviendo en el piso 10 de los edificios; nos hemos vestido con ropas incómodas creyéndolas glamorosas y cuantas cosas más para enumerar.
Todos somos uno.
Bel Vaucelles
PD: No, no tengo hijos...
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