El otro día volví a ver a mis fantamas, estaban escondidos en las sombras y aparecieron, los pude ver detalladamente mientras mi pecho soportaba el peso de la angustia. Había pasado algo que sobredimensioné, sabía que estaba exagerando pero estaba invadida por mi sombra, dejé que los pensamientos se trasladaran a un mail borrador para poder liberarme, sin necesidad de enviárselo a nadie, sino para drenar las emociones que me ahogaban...
Aprendí de esa experiencia, por conocer cual fue mi reacción y cómo solucionarla antes. Todas las escenas que imaginé en un segundo, no sucedieron, hice una llamada y cuando corté, el peso de mi pecho se estaba disipando... Gracias a eso: dejé que ese otro apareciera en escena, le di lugar y me respondió con la dulzura habitual...
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