El domingo se hará un asado con el equipo de la oficina, uno de los motivos es la despedida o el cierre de ciclo de la Dirección como la conocemos.
Me cuesta no meterme en la conversación de cuántas gaseosas, tomates, lechugas, si la ensalada es con zanahoria o cebolla, el ego quiere controlar la situación y hacerse cargo... como un niño pequeño pidiendo caprichosamente que le compren chocolates.
Lo único que dije fue que llevaré huevo duro para ponerle a la ensalada, hacerla más sabrosa y espero que mi hígado esté fortalecido para tomar el vino necesario y disfrutar del almuerzo, ¡ja!
No hay comentarios:
Publicar un comentario