Si pudiera extrapolar (y lo voy a hacer aun a riesgo de equivocarme), le
sugeriría que cuando uno sospecha que los niños/jóvenes tienen
problemas para interpretar un texto que leen (o escuchan), haga también
un acto mínimo de introspección, porque a nosotros (los adultos) nos
pasa lo mismo. Sólo que se nota menos porque a nosotros no nos toman
“prueba” con tanta frecuencia.
Adrián Paenza (Nota completa: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-235881-2013-12-18.html)
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