miércoles, 10 de diciembre de 2014

Mujeres

Entonces un día se rompió el hechizo: dejaste de ver lo que faltaba, lo que no habías hecho, lo que no tenías, las amistades que se habían perdido, las noches de soledad con un manto de tristeza obligada, el trabajo como un castigo... y todo cambió: reconociste la comodidad de estar donde estabas, encontraste el estar sola como un refugio, descubriste el amparo de ser espontánea como Sol, te abrazaste y contuviste a vos misma... recordaste que todo está en permanente cambio y que estarás con vos misma, toda tu vida.

 


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