REHÚSATE A CAER
Rehúsate a caer.
Si no puedes rehusarte a caer,
rehúsate a mantenerte caído.
Si no puedes rehusarte a mantenerte caído,
eleva tu corazón hacia el cielo,
y como un hambriento mendigo,
pide que sea llenado,
y será llenado.
Pueden empujarte hacia abajo.
Pueden tratar de que no te levantes.
Pero nadie puede impedirte
que eleves tu corazón
hacia el cielo.
Solo tú.
Es en medio de la desdicha
que esto se vuelve claro.
El que diga que nada bueno
saldrá de esto,
aún no está escuchando.
Si no puedes rehusarte a caer,
rehúsate a mantenerte caído.
Si no puedes rehusarte a mantenerte caído,
eleva tu corazón hacia el cielo,
y como un hambriento mendigo,
pide que sea llenado,
y será llenado.
Pueden empujarte hacia abajo.
Pueden tratar de que no te levantes.
Pero nadie puede impedirte
que eleves tu corazón
hacia el cielo.
Solo tú.
Es en medio de la desdicha
que esto se vuelve claro.
El que diga que nada bueno
saldrá de esto,
aún no está escuchando.
Los poemas de bendición “Después del fuego” y “Rehúsate a caer” (originalmente titulado “Una oración”) están tomados de El Jardinero Fiel, Un Cuento Sabio sobre lo que Nunca Puede Morir, por C. P. Estés, HarperCollins, ©1995. Reimpreso con el amable permiso del editor.
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