lunes, 3 de febrero de 2014

Femme


Ese lado femenino celebratorio del hogar, de la cocina, preocupado por delicadezas, me era ajeno. Nunca lo había apreciado por considerarlo un símbolo de la servidumbre femenina a los deseos de los hombres. Viendo a mi prima comprendí cuan seductoras podían ser estas artes, lo agradable que hacían la vida de los demás y las satisfacciones que una podía derivar del placer ajeno.
Gioconda Belli 

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