lunes, 30 de diciembre de 2019

Docencia, decencia

Si no fuera docente, habría una parte de mi personalidad que no existiría,  que no estaría floreciendo en mi vida adulta. Porque la sensación al dar clases, al ser parte de la historia de una niña o un niño, con el poder y la responsabilidad que ello conlleva da una sensación poderosa e incomparable. Gracias le doy a la vida ( al Cielo , al Universo,  a la Creación) porque me dio la confianza para traspasar los desafíos que ella misma me trajo y para acercarme a ser la  mejor versión de mi misma y a la posibilidad de seguir aprendiendo.

lunes, 23 de diciembre de 2019

Hierve la sangre

Últimamente me hierve la sangre. Vale destacar que hoy parece que empieza a bajarme la menstruación. Es algo más profundo. Son el dolor de estómago, la ampolla en alguna parte del cuerpo, la encias inflamadas, los intestinos adoloridos. Nada es demasiado grave. Es la febril necesidad de decir lo que pienso sin tantas contemplaciones, la necesidad de comunicar, de hablar, para que la palabra cobre vida y no se instale en la garganta cerrada o el estómago ardiente. 

También son las ganas de llorar, la angustia en el nudo de la garganta, esa combinación que son las tristeza y el enojo. Las palabras que escribo son el bálsamo, el remedio a esta sensación. Mis dedos corren rápidos por el teclado. 

Encontrar el equilibrio entre la soledad y la compañía.

Ayer ella estaba en un "asado". Ese evento donde se reunen amigos en la casa de uno para compartir el almuerzo y la tarde. Cada une debe llevar su bebida y se organiza de forma cooperativa, es lo ideal. Siempre se puede sacar la lupa y evaluar quién hizo más y quien hizo menos, juzgar es algo que a ella se le da fácil. No conocía a todos los presentes, los tenía de verlos en los pasillos de la escuela de música. Por eso fue que chocó con la actitud grupal en general. Tuvo el beneficio de ir y volver en auto, sino tendría que haber tomado el colectivo/bus, el tren y otro colectivo. Cuando se empezó a armar la guitarreada, la música a un volumen alto ganó la batalla sonora. El parlante fálico fue un personaje clave de su mal humor. Todos músicos, profesores de música, escuchando la música a un volumen que no permitía que las conversaciones fluyeran. 

Las hamburguesas vegetarianas fueron un fiasco para su gusto. El vino la calmó levemente al terminar la tarde. Intentó alejarse de la muchadumbre e ir al jardín delantero pero la música le impedía disfrutar completamente del paisaje y ecuchar el canto de los pajaritos.

Cuanta falta de gratitud. Gracias por la salud, por las amistades que la incluyeron en ese evento.

Otro tema es la cena navideña. Le gustaría poder cocinar pero su madre no le da lugar. Le propuso prepar algo de su invención. La madre hará tartas y a ella la gustaría algo distinto para hacer de la fecha lo que es: un evento de conmemoración, de celebración, de gratitud, de balance.
Tampoco la madre le permitirá ser participe de la preparación de las tartas ni le dará lugar en la cocina para preprar algo. Escribir de manera tan determinante lo anterior, cree que es la forma de estar un pasito más adelante y aceptar lo que las diferencia. La estrategia y el confiar en que el otre puede soprendernos, nos da esperanza.

Que estas fechas tan sensibles podamos sentirnos renovadas y llenas de aprendizaje, teniendo una visión panorámica y una conciencia tenstigo para sentir la gratitud por nuestra salud y de la de quienes amamos,  gratitud  por el amparo del cielo y de nuestra madre tierra. Amen.

Bel Vaucelles