lunes, 31 de marzo de 2014

Zebras

Voy a entrar en un tema delicado... una diferencia en la manera de vivenciar entre hombres y mujeres. 

Podemos decir que cada persona vivencia de manera diferente una misma situación, cada quien lleva puestos unos lentes teñidos de un color, que ha creado a través de su historia de vida. 

Sin embargo, hablando con distintas mujeres sobre asuntos del corazón, ya sea primeras salidas con un varón, situación posterior de decidir esperar a que llame o llamar nosotras, a lo cual también se suma aceptar que el otro (tanto mujer u hombre) tiene sus propios tiempos. Lo que quiero decir es que QUIZÁS las mujeres vivenciamos más profundamentes los vínculos, los analisamos, los amasamos, los charlamos y al día siguiente, los volvemos charlas con otr@ amig@ o lo escribimos en el blog.

Mi primer amor, después de un año de no vernos durante el cual reconstruí mi corazón, lo invité a mi casa con un objetivo claro (acostarnos), ante mi pregunta: ¿para vos no es raro después de tanto tiempo?, me contestó: no lo pienso tanto. Para mis adentro dije: ¡Ojalá pudiera! 

Quizás ellos puedan separar más el sexo que nosotras (aunque tengo amigas que lo han logrado), tal vez viven más el aquí y ahora, o que son un poquitín más infantiles y gracias a eso me hacen reír, se toman las cosas con más ligereza. Además, pensemos que la mujeres desde que somos niñas jugamos a la mamá y el papá, a la casita, a las muñecas, nos entrenamos en los vínculos. En cambio, ellos juegan a la pelota...

En fin, no creo que sea una cuestión de género, como dice esta frase: 
no se trata de tener derecho a ser iguales, sino de tener igual derecho a ser diferentes.

¿Ustedes que piensan?




Alguna vez leí que las rayas de las zembras son disntintas en cada una, como las huellas dactilares en las personas.


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